domingo, 22 de enero de 2017

22 de enero. (2003-2017) Resurrección



Domingo de Resurrección de 2004.
Como curiosidad, comentar que el paso del Resucitado se colocó en el Altar Mayor de la Parroquia para presidir el encuentro de jóvenes del arciprestazgo de la Sierra Norte, celebrado el Domingo posterior al de Resurrección  en la que acudió el Cardenal Emérito de Sevilla, Carlos Amigo Vallejo.
Hacía frío, como hoy.  Había cierta incertidumbre ante la respuesta de aquel hombre respetado por todos. "¿Dirá que sí?" . Entraron. La parroquia estaba vacía. Recién la habían abierto a los fieles para la Santa Misa vespertina. Allí se encontraba él esperando con su semblante bonachón y con cigarro en mano. Aquellos niños se acercaron, preguntaron y obtuvieron "el sí del cura". 

A partir de ese instante todo iba a cambiar. Nacía una nueva época entorno aquel viejo Cristo Resucitado que había vivido tiempos mejores en décadas pasadas y el ostracismo del olvido devocional en el baptisterio de la Parroquia.

 Juntos, como hermanos, empezamos a caminar en el sendero de la fe a Cristo Resucitado. Aquel veintidós de enero se puso la primera piedra para erigir una hermandad que rindiera culto público al misterio de la Resurrección. Era ( y sigue siendo) nuestro deseo y el mismo caló en el Padre Eduardo, que hizo suyas nuestras inquietudes de jóvenes conscientes del reto y dificultades que nos íbamos a encontrar en nuestro camino.

Han transcurrido quince años de aquello. Y si Dios quiere, este Domingo de Resurrección cumpliremos quince salidas procesionales manifestando públicamente que Cristo ha resucitado.Si echamos la vista atrás este pequeño grupo de jóvenes ha crecido, a madurado en la fe mediante la formación y experiencias personales entorno a la convivencia diaria del grupo.

Que este día simbólico, nos sirva para recordar nuestras raíces y, por supuesto, reflexionar sobre los proyectos que se nos presentan en el horizonte que no son pocos.

Hay que seguir creciendo en la fe  llevando por bandera los principios que se proclamaron en la que consideramos como carta fundacional redactada por el Padre Eduardo en la primavera del 2003.

Que Nuestro Señor Jesucristo, siga intercediendo por este grupo de laicos, para que sigan iluminado cada Pascua de Resurrección las calles del pueblo y el caminar del día a día.

Paz y Bien.