martes, 19 de julio de 2011

22 de Julio, Festividad de Santa María Magdalena


María Magdalena fue una de las que acompañó a Jesús camino al Calvario y, luego, permaneció junto a Santa María, la Madre de Jesús, cerca de la Cruz (Juan 19, 25). Ella, con otras mujeres, preparó perfumes y ungüentos para ir al sepulcro después del sábado, descubriendo que alguien había quitado la piedra del sepulcro del Señor (Marcos 16, 1-4; Lucas 24, 1-2).

Fue la primera persona a la que se le aparece Jesús Resucitado (Marcos 16, 9). El Evangelio según San Juan nos narra:

Estaba María junto al sepulcro fuera llorando. Y mientras lloraba se inclinó hacia el sepulcro, y ve dos ángeles de blanco, sentados donde había estado el cuerpo de Jesús, uno a la cabecera y otro a los pies. Dícenle ellos: «Mujer, ¿por qué lloras?» Ella les respondió: «Porque se han llevado a mi Señor, y no sé dónde le han puesto.» Dicho esto, se volvió y vio a Jesús, de pie, pero no sabía que era Jesús. Le dice Jesús: «Mujer, ¿por qué lloras? ¿A quién buscas?» Ella, pensando que era el encargado del huerto, le dice: «Señor, si tú lo has llevado, dime dónde lo has puesto, y yo me lo llevaré.» Jesús le dice: «María.» Ella se vuelve y le dice en hebreo: «Rabbuní» - que quiere decir: «Maestro» -. Dícele Jesús: «No me toques, que todavía no he subido al Padre. Pero vete donde mis hermanos y diles: Subo a mi Padre y vuestro Padre, a mi Dios y vuestro Dios.» Fue María Magdalena y dijo a los discípulos que había visto al Señor y que había dicho estas palabras.” (Juan 20, 11-18).

Así, Jesucristo confió a ella, antes que a nadie, la misión de anunciar a los suyos la alegría pascual de la Resurrección, convirtiéndose en evangelizadora de los evangelizadores y de los apóstoles. Recordemos, pues, a María Magdalena como testigo privilegiado de la Resurrección, la primera en anunciar a Cristo resucitado, y fiel e intrépida seguidora de su Maestro.


Fotografía: José A. Zújar.